jueves, 19 de mayo de 2011

De la Peña dice adiós

Entre lágrimas y casi sin poder articular palabra, el jugador cántabro Iván de la Peña se ha despedido del fútbol profesional arropado de sus compañeros, el cuerpo técnico y el presidente del Espanyol con una emotiva rueda de prensa en Cornellá. “Mi cabeza quiere seguir pero mi cuerpo ha dicho basta”, fueron las palabras con las que de la Peña se derrumbó ante los periodistas.

Formado en la cantera del Racing de Santader llegó a La Masía, residencia donde se forma la cantera del FC Barcelona, en 1991 con tan sólo 14 años y un sueño por cumplir: debutar en primera división con el equipo blaugrana. En las categorías inferiores del equipo catalán eclipsó a sus técnicos por su gran talento y formó parte de “la quinta del mini”, una de las oleadas más fructíferas que ha proporcionado la cantera culé al fútbol español. Integrantes de aquella quinta fueron Celades, los hermanos Oscar y Roger García, Arnau, Rufete, Jordi Cruyff. Incluso antes de debutar en primera división, el presidente Núñez le ofreció un contrato por ocho temporadas, un hecho que sorprendió hasta al propio técnico.

Con tan sólo 19 años y de la mano de Johan Cruyff debutó en primera división contra el Valladolid marcando el último gol de la noche. Desde ese momento, Iván de la Peña se convirtió en la nueva perla de la cantera azulgrana. Se ganó la confianza de Bobby Robson con su buen juego. Con Van Gaal no tuvo tanta suerte y pronto las lesiones se convirtieron en compañeras inseparables de la carrera futbolística de “lo pelat”, como cariñosamente lo llaman sus compañeros.

Probó suerte en Italia de la mano de la Lazio, donde fue recibido como un héroe y de donde años más tarde salió por la puerta de atrás. Las lesiones volvieron a aparecer y el club italiano optó por cederlo, primero al Olimpique de Marsella y un año más tarde al Barcelona, donde tampoco terminó de cuajar de la mano de Serra Ferrer.

En el 2002 recaló en el Espanyol, el club que más ha podido disfrutar del fútbol de la eterna promesa del equipo vecino. Su continuidad y las grandes tardes de fútbol brindadas a la afición perica le valieron la llamada de la selección española, cumpliendo así otro de sus grandes sueños. Las lesiones sufridas durante sus dos últimas temporadas han obligado a uno de los mejores centrocampistas del fútbol español a colgar las botas a sus 35 años.

“Nunca pensé que me iban a querer tanto”, afirmó el de Santander haciendo referencia a la afición del Espanyol. También tuvo palabras de agradecimiento para el FB Barcelona por darle su primera oportunidad como futbolista profesional. Después de disputar 16 temporadas en la máxima categoría su mejor valoración es que “ha disfrutado del fútbol como un enano todos estos años”. Además, afirmó que va a seguir vinculado al mundo del fútbol en un futuro porque al fin y al cabo “es lo único que sabe hacer”.

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