martes, 17 de mayo de 2011

Iker Casillas, el niño que soñaba con ser un grande

Los porteros también juegan; y hay que ver cómo juega Iker Casillas. Parece que ha pasado toda una vida desde aquel 26 de noviembre del 98. Iker se encontraba en el instituto cuan­do recibió una llamada del Real Madrid. Se tenía que incorporar a la concentración del primer equipo en Rosemborg ya que Cañizares se había lesionado. No se lo podía creer. Con tan sólo 17 años y jugando en el equipo juvenil, el Madrid le ha­bía llamado para ir a la Cham­pions. Todo un sueño.
Su debut oficial con el primer equipo se produjo un año más tarde, en uno de esos partidos que marcan a los madridistas: el derby contra el Atlético de Madrid. Vi­cente del Bosque, el que fue su gran maestro, le dio la confian­za para convertirse en quien es: el mejor portero del mundo.
Un año después consiguió otro gran sueño, vestir la cami­seta de la selección española. Aquel joven volvía a sustituir en la meta a Cañizares, el que siempre fue su gran referente.
Ese mismo año gano su pri­mera Champions y dos años más tarde llegó la novena del Madrid. Casillas fue suplente y salió en mitad de la segunda parte, por un lesionado César, para realizar uno de los parti­dos más importantes de su vida. Le dio la victoria al equipo de sus amores en su peor temporada con el club blanco.
Con su club lo ha ganado todo: cuatro ligas, dos Champions, dos Intercontinentales, tres Superco­pas de España y una Copa del Rey, ese trofeo que tanto se le ha resistido y que consiguió alzar como capitán del Real Madrid en pasado mes de abril contra el eterno rival. Además, esta temporada ha sustituido a Raúl como capitán de los merengues.
Hasta hace casi tres años, con la selección absoluta no había ganado nada, como muchos de los incansables jugadores que han pasado por la roja sin superar el maleficio de los cuartos de final. En 2008 partió como capitán de la roja hacia Austria y Hungría para disputar la fase final de la Eurocopa. Iker fue el principal valedor de la victoria ante Italia por penaltis en los cuartos de final. Aquellas dos magníficas paradas se encuentran hoy en la retina de millones de españoles, que vieron como por segunda vez en la historia un español levantaba ese trofeo ganando en la final a la todopoderosa selección alemana. Desde ahí el mito de Iker como capitán de la roja no ha hecho más que crecer.
El pasado verano, la selección española partía rumbo a Sudáfrica para disputar el mundial, siendo una de las favoritas para alzarse con la preciada copa. Después de un comienzo difícil en el que se llegó a poner en duda la profesionalidad del guardameta, Iker volvió a aparecer en cuartos parando otro penalti. Unos días después, cuando por primera vez todos los españoles veíamos a la selección en una final del mundial de fútbol Iker realizó dos paradas que, junto con el gol de Iniesta, dieron a la selección el preciado trofeo que tanto se nos había resistido a la largo de la historia.
Hoy, con 30 años recién cumplidos, a Iker Casillas le quedan todavía unos cuantos años por delante para seguir batiendo records en el club que le vio crecer como jugador y persona y en la selección española. A veces el fútbol es tan injusto que parece que los porteros no tienen derecho a figurar en las listas de favoritos a los grandes galardones del deporte. Esperemos que algún día el fútbol haga justicia... 

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